Las mejores croquetas de queso roquefort: receta cremosa y versátil
Las croquetas de queso roquefort son un aperitivo delicioso que combina la cremosidad del queso con un rebozado crujiente. Esta receta, ideal para cualquier ocasión, te guiará paso a paso en la preparación de unas croquetas perfectas, con un interior suave y un sabor intenso. Además, puedes adaptarla fácilmente con otros quesos según tus preferencias. Aprende a hacerlas desde cero y sorprende a tus invitados con un plato irresistible que siempre triunfa.

¿Quién puede resistirse a unas croquetas recién hechas? Este clásico de la cocina es tan versátil como delicioso, y en esta ocasión, te enseñamos a prepararlas con queso roquefort. Su sabor característico e intenso las convierte en un aperitivo ideal para los amantes de los quesos con personalidad. Ya sea para una comida especial, un evento familiar o simplemente para darte un capricho, estas croquetas serán la estrella de la mesa. Además, si el roquefort no es tu favorito, puedes usar otros quesos como emmental, brie o cheddar, adaptando la receta a tu gusto.
Ingredientes
- 100 g de queso roquefort (u otro queso de tu elección)
- 50 g de mantequilla
- 75 g de harina
- 500 ml de leche entera
- Sal y pimienta al gusto
- Nuez moscada (opcional)
- 2 huevos
- Pan rallado
Paso a paso para la preparación
Preparar la bechamel:
- En una sartén a fuego medio, derrite la mantequilla. Añade la harina y cocina durante 2-3 minutos, removiendo constantemente para evitar grumos.
- Incorpora la leche poco a poco, sin dejar de remover, hasta obtener una mezcla homogénea y espesa.
- Añade el queso roquefort desmenuzado, mezclando bien hasta que se derrita por completo. Ajusta de sal, pimienta y nuez moscada.
Enfriar la masa:
- Transfiere la masa a una fuente y cubre con papel film, asegurándote de que toque la superficie para evitar que se forme una costra. Deja enfriar a temperatura ambiente y luego refrigera durante al menos 2 horas.
Formar las croquetas:
- Con las manos o dos cucharas, toma porciones de masa y dales forma de croquetas (alargadas o redondas).
Pásalas por huevo batido y luego por pan rallado, asegurándote de que queden bien cubiertas.
Freír las croquetas:
- Calienta abundante aceite en una sartén o freidora. Fríe las croquetas en tandas pequeñas hasta que estén doradas por todos lados.
Escúrrelas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.